Toda pareja de enamorados tiene una fecha especial para celebrar. Ellos de seguro se demuestran, en ese día (que no es necesariamente el 14 de Febrero), amor de mil maneras. Una de éstas es el beso que, apasionado o no, siempre hace sentir bien a la pareja. De ahí que se diga que el beso es la expresión más sublime del amor.
Para la Real Academia Española, beso es la acción y efecto de besar. Este vocablo deriva del latín basiare y significa “Tocar u oprimir con un movimiento de labios, a impulso del amor o del deseo o en señal de amistad o reverencia”. Por su parte Manuel Osorio Bernard en su diccionario de la lengua escrito en verso, dice: “Un inútil ruido / que siempre deja mil dudas / en quien lo ha recibido”. Mientras que el escritor Ambroise Bierce, autor del Diccionario del diablo, indica que el beso es esa “palabra inventada por los poetas para que rime con embeleso”.
En algún momento de nuestras vidas, desde que nacemos hasta que morimos, nos besan y/o besamos en las mejillas, en los labios o en otra parte del cuerpo. Existen pueblos no occidentales que se “besan” de forma distinta a la nuestra; por ejemplo, en Samoa (archipiélago de Oceanía. Polinesia), donde el beso es una sonora aspiración nasal entre las personas. Pero en todos, o casi en todos, ha sido y es expresión de amor, de cortesía, de afecto, de felicitación, de veneración personal y de fervor religioso; de respeto servil, como antiguamente el esclavo besaba la manga o la túnica de su amo o como tributo del vencido al vencedor, cuyos pies o huellas besaba aquél.
Para la gran mayoría de hombres y mujeres el mejor beso, es el “beso inesperado”, es decir, aquél que tiene lugar cuando las personas menos se lo imaginan y en los lugares más curiosos. Digamos que en esto (lo inesperado) coinciden los de uno como de otro sexo. Pero también hay otro detalle. Por ejemplo, las mujeres piensan que los mejores besos que han recibido o pueden recibir son los de tipo espontáneo y que nos las lleve a tener relaciones sexuales. Pues, para ellas los besos más emocionantes, eróticos y apasionados son aquellos que tienen lugar cuando se sabe que posteriormente no se irá a la cama a tener un coito, de ahí la carga de pasión de los mismos. Todo lo contrario a lo que piensan algunos hombres. Un dato curioso es el de Gary O’Connell, psicólogo de la Universidad de Cornell, en Itaca, Nueva York. Él alguna vez dijo que las mujeres que mascan chicle globo y disfrutan globeando –es decir, hacer globos con la goma de mascar- no han sido nunca besadas como se debe y casi seguramente no han practicado el sexo oral. Son emocionalmente inestables, afectivamente carenciales y sexualmente insatisfechas. ¡Vaya uno a saber!
En nuestro país la gente joven usa mucho el coloquialismo “chapar” o “un chape” para referirse a besar o besarse. Al borde del mar en el distrito limeño de Miraflores se encuentra “El parque del amor”, donde hay una escultura de Víctor Delfín que lleva por nombre “El beso”. El monumento, de grandes dimensiones, presenta a una pareja de enamorados (hombre y mujer), a quienes se les ve demostrándose cariño. Él esta sentado en el suelo, ella se encuentra echada entre los brazos y las piernas de él. Cada 14 de Febrero el mencionado parque es el lugar donde numerosas parejas abrazadas o tomadas de la mano rinden culto al amor. Y para expresar su ardor sexual, a veces se muerden los labios, y se besan a más no poder como si la pasión se les fuese acabar.
Pero Lima como en otras partes del Perú y del mundo, también se han llevado a cabo concursos como “el beso más largo”, implicando desgaste físico y emocional y por ende aburrimiento. También se pronuncian frases muy conocidas como: “Beso de Judas”, el que se da con doblez y falsa intención. Este se puede comprobar entre los políticos y personas enemistadas. “Beso de la paz”, aquel que se da como una muestra de cariño y amistad. “Comerse a besos a uno”, coloquialismo que quiere decir, besar a alguien con repetición y vehemencia en cualquier parte de la cara. “Beso platónico”, es el que se dan los hombres en ambas mejillas. Y por último, “Beso volado” el que se da a la distancia con el gesto de los labios y un ademán en la mano.
Hay besos famosos como el primero que se vio en una película de Hollywood entre May Irwin y John Rice en “The Widow Jones” (La viuda Jones, de 1896). Y el primer beso con lengua que se vio en el film “Esplendor en la hierba”, de 1973, entre Warren Beatty y Natalie Word. En la entrega del Óscar del año 2003, Adrien Brody, premiado como mejor actor por su papel protagónico en El Pianista, se dio el gusto de robarle un sorpresivo, apasionado y desesperado beso a la actriz negra Halle Berry en pleno escenario. A ella, también ganadora de una estatuilla dorada, no le disgustó la audacia del actor. Son también conocidos los besos entre Diego Armando Maradona y su ex apoderado y amigo Guillermo Coppola. Además del que se dieron en pleno concierto las divas del pop Madonna, Britney Spears y Cristina Aguilera. Claro, para tener publicidad y vender más. Ese beso lésbico fue durante la entrega de los premios MTV Music Awards 2003, durante la canción Hollywood.
Se ha dicho que anatómicamente el beso es una forma ideal de expresión afectiva que los humanos aprendimos de los monos. Hay autores que relacionan la acción de besarse con el canibalismo o la antropofagia. Así, para Sausay un beso es la “comunión primera de la carne”. El periodista Julio Villanueva Chang alguna vez dijo que “el beso es la escuela del antropófago que todos llevamos dentro”. En el libro “Vampirismo y Licantropía”, del vampirólogo Ramón Hervas, se puede observar que en ciertos individuos trastornados “los besos a veces se aproximan a la mordedura sádica”. Por último los individuos que se besan en la boca intercambian una media de 40 mil parásitos, 250 tipos de bacterias, 0.7 gramos de albúmina, 0.45 gramos de sal, 0.7 gramos de grasas, 0.18 gramos de materia orgánica y desgastan cuatro calorías por minuto. Además, un beso sobre la mejilla exige la activación de 12 músculos faciales mientras que el beso en la boca utiliza 34. Diga lo que se diga besar siempre es rico y placentero. ¡Verdad!.
Para la Real Academia Española, beso es la acción y efecto de besar. Este vocablo deriva del latín basiare y significa “Tocar u oprimir con un movimiento de labios, a impulso del amor o del deseo o en señal de amistad o reverencia”. Por su parte Manuel Osorio Bernard en su diccionario de la lengua escrito en verso, dice: “Un inútil ruido / que siempre deja mil dudas / en quien lo ha recibido”. Mientras que el escritor Ambroise Bierce, autor del Diccionario del diablo, indica que el beso es esa “palabra inventada por los poetas para que rime con embeleso”.
En algún momento de nuestras vidas, desde que nacemos hasta que morimos, nos besan y/o besamos en las mejillas, en los labios o en otra parte del cuerpo. Existen pueblos no occidentales que se “besan” de forma distinta a la nuestra; por ejemplo, en Samoa (archipiélago de Oceanía. Polinesia), donde el beso es una sonora aspiración nasal entre las personas. Pero en todos, o casi en todos, ha sido y es expresión de amor, de cortesía, de afecto, de felicitación, de veneración personal y de fervor religioso; de respeto servil, como antiguamente el esclavo besaba la manga o la túnica de su amo o como tributo del vencido al vencedor, cuyos pies o huellas besaba aquél.
Para la gran mayoría de hombres y mujeres el mejor beso, es el “beso inesperado”, es decir, aquél que tiene lugar cuando las personas menos se lo imaginan y en los lugares más curiosos. Digamos que en esto (lo inesperado) coinciden los de uno como de otro sexo. Pero también hay otro detalle. Por ejemplo, las mujeres piensan que los mejores besos que han recibido o pueden recibir son los de tipo espontáneo y que nos las lleve a tener relaciones sexuales. Pues, para ellas los besos más emocionantes, eróticos y apasionados son aquellos que tienen lugar cuando se sabe que posteriormente no se irá a la cama a tener un coito, de ahí la carga de pasión de los mismos. Todo lo contrario a lo que piensan algunos hombres. Un dato curioso es el de Gary O’Connell, psicólogo de la Universidad de Cornell, en Itaca, Nueva York. Él alguna vez dijo que las mujeres que mascan chicle globo y disfrutan globeando –es decir, hacer globos con la goma de mascar- no han sido nunca besadas como se debe y casi seguramente no han practicado el sexo oral. Son emocionalmente inestables, afectivamente carenciales y sexualmente insatisfechas. ¡Vaya uno a saber!
En nuestro país la gente joven usa mucho el coloquialismo “chapar” o “un chape” para referirse a besar o besarse. Al borde del mar en el distrito limeño de Miraflores se encuentra “El parque del amor”, donde hay una escultura de Víctor Delfín que lleva por nombre “El beso”. El monumento, de grandes dimensiones, presenta a una pareja de enamorados (hombre y mujer), a quienes se les ve demostrándose cariño. Él esta sentado en el suelo, ella se encuentra echada entre los brazos y las piernas de él. Cada 14 de Febrero el mencionado parque es el lugar donde numerosas parejas abrazadas o tomadas de la mano rinden culto al amor. Y para expresar su ardor sexual, a veces se muerden los labios, y se besan a más no poder como si la pasión se les fuese acabar.
Pero Lima como en otras partes del Perú y del mundo, también se han llevado a cabo concursos como “el beso más largo”, implicando desgaste físico y emocional y por ende aburrimiento. También se pronuncian frases muy conocidas como: “Beso de Judas”, el que se da con doblez y falsa intención. Este se puede comprobar entre los políticos y personas enemistadas. “Beso de la paz”, aquel que se da como una muestra de cariño y amistad. “Comerse a besos a uno”, coloquialismo que quiere decir, besar a alguien con repetición y vehemencia en cualquier parte de la cara. “Beso platónico”, es el que se dan los hombres en ambas mejillas. Y por último, “Beso volado” el que se da a la distancia con el gesto de los labios y un ademán en la mano.
Hay besos famosos como el primero que se vio en una película de Hollywood entre May Irwin y John Rice en “The Widow Jones” (La viuda Jones, de 1896). Y el primer beso con lengua que se vio en el film “Esplendor en la hierba”, de 1973, entre Warren Beatty y Natalie Word. En la entrega del Óscar del año 2003, Adrien Brody, premiado como mejor actor por su papel protagónico en El Pianista, se dio el gusto de robarle un sorpresivo, apasionado y desesperado beso a la actriz negra Halle Berry en pleno escenario. A ella, también ganadora de una estatuilla dorada, no le disgustó la audacia del actor. Son también conocidos los besos entre Diego Armando Maradona y su ex apoderado y amigo Guillermo Coppola. Además del que se dieron en pleno concierto las divas del pop Madonna, Britney Spears y Cristina Aguilera. Claro, para tener publicidad y vender más. Ese beso lésbico fue durante la entrega de los premios MTV Music Awards 2003, durante la canción Hollywood.
Se ha dicho que anatómicamente el beso es una forma ideal de expresión afectiva que los humanos aprendimos de los monos. Hay autores que relacionan la acción de besarse con el canibalismo o la antropofagia. Así, para Sausay un beso es la “comunión primera de la carne”. El periodista Julio Villanueva Chang alguna vez dijo que “el beso es la escuela del antropófago que todos llevamos dentro”. En el libro “Vampirismo y Licantropía”, del vampirólogo Ramón Hervas, se puede observar que en ciertos individuos trastornados “los besos a veces se aproximan a la mordedura sádica”. Por último los individuos que se besan en la boca intercambian una media de 40 mil parásitos, 250 tipos de bacterias, 0.7 gramos de albúmina, 0.45 gramos de sal, 0.7 gramos de grasas, 0.18 gramos de materia orgánica y desgastan cuatro calorías por minuto. Además, un beso sobre la mejilla exige la activación de 12 músculos faciales mientras que el beso en la boca utiliza 34. Diga lo que se diga besar siempre es rico y placentero. ¡Verdad!.
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